Boca mí historia de amor
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| El día que conocí la Bombonera. |
Si me preguntan desde cuándo soy hincha de Boca, te digo que de toda la vida. Pero el primer partido que recuerdo claro es en 1996, tenía tres años, siempre veíamos en familia los partidos pero ese domingo ocurrió un hecho histórico para todos los Xeneizes, debutaba Juan Román Riquelme. El doctor Bilardo sorprendía a propios y extraños haciendo debutar en primera a este flaquito de piernas largas que trataba tan bien a la pelota, que ella parecía seguirlo por la cancha.
Viví muchos partidos, momentos, aventuras, viajes, alegrías y tristezas, desde la infancia, aunque el gol que más recuerdo es del año 2013. No es casualidad que en todos esos recuerdos este Román.
Durante la época dorada del club Carlos Bianchi nos regalo muchas copas y nuestros ídolos: Riquelme, Palermo, el “chelo” delgado, Battaglia, Guillermo y Carlitos nos regalaron encuentros memorables, goles sobre la hora, remontadas imposibles y llevaron a lo más alto la bandera del club. Todo eso lo viví a la distancia, pero eso no limitaba el amor que sentía por boquita.
La primera vez que fui a la cancha no vi un partido, pero conocí el estadio y el museo. Era agosto y llegue a Buenos Aires una fría tarde de viernes, asistí al congreso de salud pública que sirvió de escusa para realizar el viaje, al día siguiente me cole en un entrenamiento, conseguí foto con los jugadores y autógrafos. Camine por el barrio, visite caminito y los conventillos históricos, pero lo que nunca me voy a olvidar es de cuando entre en el estadio, nunca sentí tan tanta paz como al estar sentada en esas tribunas. Antes de irme mire el verde césped de la Bombonera y le hice una promesa, volvería cada año a ver a mí amor.
No conseguí entradas para ir al partido, pero ese domingo lo escuché por la radio en las escalinatas de la UBA de medicina, Boca le ganó 2 a 1 a Atlético de Rafaela con un golazo de Román de tiro libre, uno de los goles que más grite y que más recuerdo.
Boca es de esos amores que son para toda la vida, no se puede explicar, tenés que vivirlo. Es una forma de vida: juntarse con otros hinchas a ver el partido, el asado y fútbol cinco de la previa, llevar a todos lados la camiseta, las charlas futboleras, los viajes a la cancha, las tardes en la boca esperando para entrar al estadio donde se canta y alienta junto a la gran familia bostera.
Como reza la canción “ni la muerte nos va a separar, desde el cielo te voy a alentar…”
Carla López
